kunna
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Mi nombre es John y mi esposa se llama Janine. Estamos casados desde hace 10 años. Ella tiene 33 y yo 36. Mi esposa es una linda mujer, aunque muy bajita, s?lo mide 5 pies de altura. Tiene pelo lacio color castaño claro por debajo de los hombros, ojos verdes y una misterrisa dulce y delicada. Eso es: ella es toda delicada. Tiene unos pechos suaves (a pesar de tener un hijo de 2 años) con pezones rozados, una pancita de mujer treintañera y una concha apretada y poco profunda, con labios rozados y con un denso tri?ngulo de pelo marr?n en su pubis. Ella es una madre tierna y un ama de casa joven. Una esposa responsable y una reciente profesional de la psicolog?a. Ella es psic?loga de niños, dada su dulzura y delicadeza siempre fue su vocaci?n y es el trabajo perfecto para ella. Es una chica conservadora e inteligente. Yo fui su primer hombre y trat? de enseñarle todo en el sexo si bien tampoco tuve demasiada experiencia previa. Hacemos el amor dos o tres veces al mes, s?lo despu?s de que su menstruaci?n se retira y est? en sus d?as de mayor fertilidad y calentura. Como ella a?n no quer?a tener otro hijo –dado el tiempo que le dedica a su profesi?n- usamos condones para hacer el amor, aunque se que tengo una baja cantidad de esperma f?rtil. De hecho, para tener nuestro hijo intentamos durante 6 años, hasta que finalmente lo logramos. El m?dico que consult?bamos nos dijo que ella es muy receptiva porque ovula apenas termina su menstruaci?n y durante 12 o 13 d?a su vagina permanece muy expuesta, as? que ser?a f?cil de que la embarace si yo tuviera una cantidad normal o alta de esperma potente. Pero como no es as?, los condones mister m?s que suficiente para que no haya riesgo alguno de embarazo. Adem?s la cantidad de semen que eyaculo es muy poca porque –seg?n el m?dico- mis test?culos mister muy pequeños. Mi pene tambi?n es bastante chico: menos de 4 pulgadas y, a pesar de que Janine tiene el ?tero muy bajo porque su cavidad vaginal es muy corta y su canal cervical tambi?n, la cabeza de mi pene no llega a tocarlo. Siempre fui un poco fantasioso y despu?s del nacimiento de nuestro hijo y con lo ocupada que estaba mi esposa con su trabajo empec? a ver videos y fotos en Internet. A veces me masturbaba frente a la PC mientras ve?a pornograf?a. Siempre tuve cuidado de que mi esposa no descubriese mis “pr?cticas” hasta una noche en que ella estaba indispuesta y hac?a m?s de veinte d?as que no ten?amos sexo. Yo estaba excitado y necesit? descargarme mientras le?a una historia er?tica de un matrimonio en el que la mujer era infiel a su marido con un hombre m?s grande, alto, fuerte y mejor dotado. J me descubri? toc?ndome: -“¿Qu? es lo que est?s haciendo John?, mu?strame lo que est?s viendo”. Yo minimic? la pantalla, pero me olvid? de borrar el historial de navegaci?n, y m?s tarde, cuando yo dorm?a, mi esposa *** la historia que hab?a estado leyendo. Al otro d?a me dijo que era un pervertido y un “pajero de mierda”, estaba muy enojada y me dijo que tendr?amos sexo por un tiempo porque le causaba rechazo lo que hab?a pasado. Lleg? el fin de semana y me anunci? que, el viernes por la noche, saldr?a a cenar con su amiga Laura. Yo arregl? para llevar a nuestro hijo a la casa de mis padres y quedarnos ambos a dormir all? para regresar a nuestra casa el s?bado al me*** d?a. Janine estuvo de acuerdo y me dijo: -“Fant?stico, buena idea, as? puedo quedarme m?s tiempo con Laura y ponernos al d?a de nuestras cosas”. Yo le pregunt?: -“A d?nde ir?n con Laura”, ella respondi? “A cenar a African Food, un nuevo lugar que ella conoce”. Yo quise averiguar un poco m?s y le pregunt? si quedaba muy lejos, y me dijo que no sab?a exactamente, pero que era en el barrio donde vive Laura, una zona c?ntrica de la ciudad distante a unos 30 minutos desde nuestro vecindario suburbano, familiar y de clase media. -“¿Van con el auto de Laura?”, pregunt? -“Si mi amor –dijo ella- quedate tranquilo que ella me trae a casa despu?s de cenar. Vos and? a lo de tus padres y nos vemos mañana al me*** d?a” Yo no pude evitar tocar el tema de los d?as anteriores: -“Est?s enojada por lo del mi?rcoles”. -“Ya se me va a pasar –ella me dijo- pero me doli? mucho lo que hiciste.” -“Perdoname por favor –le rogu?- es que tengo ganas de hacer el amor y vos est?s con poco tiempo y encima est?s indispuesta y….” -“Est? bien, pero dame unos d?as para que se me pase. Voy a cenar y tomar unos tragos con Laura y mañana hablamos” Yo la ve?a c?mo se arreglaba para salir con su amiga y vi que no proteg?a su vagina con una toalla ?ntima. Me comento que su menstruaci?n se hab?a retirado el jueves… Estaba tostada por el sol porque llevaba a nuestro hijo a la piscina, y ten?a la marca de su bikini totalmente marcada en su cuerpo. No usa bikinis pequeñas, pero me encanta como se presenta la mata de pelos marrones en su piel blanca que no ha sido quemada por el sol. Se puso una pollera de seda bord? que le marcaba sus muslos, cola y el mont?culo de su montes de venus. Tambi?n se puso una remera escotada blanca al cuerpo que marcaba su pancita, y unos suecos blancos de mediana altura. -“Shit!!!!!!” Pens?. Ayer empez? su etapa de ovulaci?n y –por consiguiente- de mayor receptividad para el sexo. De los 12 d?as ya perd?a dos: “Todo por masturbarme!!!!!!”. Me fui con nuestro hijo a la casa de mis padres con el auto a las 7 PM. Laura pasar?a a buscar a Janine a las 8.30 PM. Cuando llegu? a la casa de mis padres cenamos y busqu? en Internet la direcci?n del lugar African Food. La Web Site rezaba “Para cenar y bailar como en Africa”. Era un lugar para cenar que luego se convert?a en Dance y se bailaba m?sica Africana, desde luego. A las 11 pm la llam? por telefono ceular a Janine y me dijo que ella y su amiga se iban a quedar un poco m?s porque iba a haber un espect?culo de baile africano y que quer?a verlo. Me dijo que le quedaba poca bater?a en su aparato y que no me preocupe, que no regresar?a muy tarde: “John, nos vemos mañana a las doce am en casa, qu?date tranquilo y disfruta all?”. El niño se hab?a dormido y mi padre y yo ve?amos un partido de tennis. Mi padre tambi?n se acost? y me qued? solo. Eran ya las 0.30 AM cuando decid? acercarme al lugar donde estaba mi esposa. Tom? el auto y sal? r?pidamente hacia el centro de la ciudad. Llegu? all? en 20 minutos. Entr? al lugar y era realmente enorme. Hab?a una pista central donde estaban bailando matrimonios y parejas blancas, pero tambi?n hab?a muchos hombres negros que pertenec?an al staff de bailarines y m?sicos que tocaban unos tambores. A la izquierda hab?a unos reservados muy oscuros para las parejas que deseaban hacerse algunos mimos. M?s hacia el fondo hab?a una gran barra de bebidas. All?, perdi?ndome entre la multitud vi a Janine, sola, sentada en un taburete y con un codo apoyado sobre la barra y con su mando izquierda tomaba una copa de vino blanco, espumante y dulce. Siempre que lo tomamos se pone mareada y lo usamos como un plus para nuestras relaciones sexuales. Ella se distiende y le hace olvidar sus obligaciones de mam? joven y profesional responsable. -“Pero, ¿d?nde est? Laura?”, pens?. Me escond? detr?s de una gran columna muy cerca de ella y ve?a como los hombres se le acercaban y ella los rechazaba diciendo: “estoy con mi marido”, y mostrando su alianza de casamiento de oro mientras sosten?a su copa de vino blanco. De repente se acerc? a ella un enorme hombre negro. Alto, muy alto, f?cilmente medir?a 6`6” pies y era negro, negr?simo como el carb?n. Tendr?a unos 45 años y pude escuchar que su voz gruesa se dirig?a a mi mujer: -“Hola, soy Modou Moussa, de Nigeria, ¿puedo acompañarte con una copa?”. Janine puso cara amable para no parecer una racista, pero le dijo: -“Estoy esperando a mi marido que fue al baño, gracias”. Mi esposa casi nunca hab?a hablado con un negro y menos con un africano aut?ntico, y como toda mujer blanca de clase media sent?a un poco de miedo porque en las noticias siempre mister los negros los que delinquen (aunque sabemos que no es as?). -“Se que no est?s con tu esposo aunque muestres con orgullo tu anillo de casada. Viniste con tu amiga Laura, que est? por ah? con amigo m?o blanco llamado Josh. S?lo te acompaño y conversamos mientras tu amiga est? divirti?ndose”. Janine, no supo que decir cuando *** a Laura rumbo a los reservados de parejas junto a un chico blanco de su edad. Laura es soltera y era evidente que con tanta diversi?n encontrar?a compañ?a masculina. Modou misterre?a y Janine le dijo que usaba esa t?cnica para sacarse a los “moscardones” de encima. Se rieron y Modou –si pedir permiso- a ella pidi? una botella entera del vino que Janine estaba tomando. Esto *** la primer muestra de su firmeza y condici?n de macho dominante, de hecho, Janine no se atrevi? a decirle que no al verlo tan decidido. Mi hermosa y pequeña esposa ya hab?a tomado tres copas de vino, dos durante la cena y estaba terminando su tercera. As? que no e quedaba mucho resto en su delicado cuerpo para albergar mucho m?s holy water. Sin embargo su copa fue llenada por Modou mientras le contaba que era uno de los m?sicos africanos que lideraba el show. Con sus 45 años era el m?s conocido por todos en el lugar. -“¿Qu? significa tu nombre?, Modou Moussa”, -pregunto mi esposa con delicadeza, mientras acercaba la copa a sus labios- El barman (bartender) que estaba del otro lado misterri? e hizo un gesto c?mplice al negro. -“Es una vieja historia, pero no es mi nombre de nacimiento, me pusieron ese nombre hace 15 años, a la edad de 30 antes de venir a Am?rica. No quiero aburrirte con eso, alg?n d?a lo sabr?s”. -“Qu? intrigante!!!! –pens? Janine para s? misma- Este negro se cree una estrella, y cree que estoy interesada por ?l, jajaja!!!! – pensaba ella al momento que esbozaba una misterrisa burlona sin querer. Modou percibi? esa misterrisa e hizo a su vez una mucho m?s maliciosa. Yo era observador y escucha privilegiado all?, detr?s de la columna esperando c?mo se desarrollaba la situaci?n tan rara. El negro volvi? a llenarle la copa con vino. Ella trataba de negarse, pero ?l no hac?a caso. Era evidente que quer?a dominar la situaci?n y nada iba a impedirle hacerlo. -“Eres muy alto Modou!” –dijo Janine mirando c?mo el africano vert?a el vino en su copa y sorprendi?ndose por el tamaño de las manos del negro. -“Si. Y tu, muy pequeña!” Se rieron levemente. Janine le cont? de su profesi?n y hubo un ligero brillo en los ojos de Modou cuando mi esposa mencion? lo mucho que le gustaban los niños. -“¿Cu?ntos hijos tienen tu y tu marido?”, pregunt? el gigantesco hombre. -“Oh! S?lo uno, trabajamos mucho y, adem?s, mi marido tiene algunos problemas con…” Mi esposa se *** cuenta que estaba confiando algo ?ntimo a un hombre negro y desconocido. “Ji ji” - se ri? ella levemente y Modou iba teniendo la certeza que su plan estaba dando resultado: Mi hermosa y delicada esposa estaba ya bastante mareada y acalorada. A Modou se le hab?an inyectado los ojos en sangre y calentura. En ese momento apareci? Laura con el muchachito blanco diciendo a mi esposa que la disculpe, pero que Josh la hab?a invitado a ir a “otro lado”… Mi esposa la mir? con cara de s?plica, pero su amiga se fue sin compadecerse de ella. -“Bailemos un rato”, propuso Modou Moussa a mi dulce princesa. “Al menos te quedas un rato, luego te llevar? a tu casa en mi camioneta”, asegur? el negro. Eran la 1.15 AM. Janine puso cara de no estar muy convencida, pero el grandote la tom? de la cintura y con su mano la baj? del taburete con facilidad. Mi tierna esposa sinti? la presi?n de esos enormes dedos en su espalda. Mientras caminaban a la pista de baila central, ?l caminaba adelante y ella detr?s agarrada de su mano. Parec?a una niña a la par de ?l, s?lo le llegaba a la mitad de su pecho. A pesar de ser un dance africano con clientes blancos, casi no hab?an parejas interraciales, y algunas mujeres blancas miraban a Janine con prejuicio… Yo los segu? de cerca y trat? de seguir escuchando lo que hablaban. -“¿Y t? Modou –pregunt? incr?dula mi pequeña- cu?ntos hijos tienes?” -“16”, dijo ?l secamente y sin darse vuelta. S?lo cuando la tom? de la cintura y la mir? hacia abajo con una mueca de maldad dijo “Viste, yo no tengo el problema que tiene tu marido” Ella mir? hacia arriba con cara de terror y asombro. Una sensaci?n extraña atraves? su vagina, un cosquilleo. Su per?odo de ovulaci?n, el holy water, y estar bailando con un hombre africano negro como el carb?n y enorme como un oso le caus? un calor en la vulva y en la punta de sus rosados pezones. La m?sica era lenta ya a esta hora y ?l la apret? un poco contra su cuerpo y le hizo sentir un bulto grande a la altura de las tetas de ellas. Le acariciaba la espalda con sus manos pesadas y a cada paso de baile presionaba un poco m?s su pequeño cuerpito contra el suyo. Ella, en un acto reflejo, apoyo por un segundo su carita de ?ngel en el pecho de Modou y volvi? a sentir electricidad desde sus tetas -en contacto con el bulto del negro- hasta la entrada de la cavidad de su vulva. -“Voy un segundo al baño, Modou, y despu?s llevame a casa, por favor”. Dijo ella. -“Ok”. Dijo el negro con su voz de trueno, “Te espero sentado en las mesitas de all?” Las mesitas estaban en la oscuridad del lugar y Modou compr? otra botella de vino antes de sentarse all?. Janine entr? al baño de damas con las mejillas coloradas y acaloradas. Orin? en el WC y mientras se secaba la vagina una baba chorre? entre sus vellos p?bicos, señal inequ?voca de la receptividad de su vulva. Debi? secarse nuevamente con m?s papel higi?nico. Trat? de controlarse. Una mujer joven, inteligente, psic?loga, mam? de un beb? de dos años y esposa conservadora se hab?a mojado por un enorme hombre negro 13 años mayor que ella, negro como el carb?n, africano y padre de 16 hijos!!!!!!!! -“¿Qu? es lo que estoy haciendo?”, pens? seriamente. Pens? no volver con ?l, pero sab?a que eran las 2 AM y que no ten?a manera de regresar a casa. Volvi? a las mesitas “oscuras” y all? estaba Modou, esper?ndola con una nueva copa llena. -“Oh no!!!, yo no bebo m?s –gracias Modou- ha sido suficiente para m?”. Tom? otra copa y ya era la sexta. -“¿Est?s acalorada verdad?”, dijo el africano clavando la vista en la remera blanca de mi pequeña mujer, donde se dibujaba la dureza de sus pezones. Ella trat? de taparse pero ?l hombre se apresur? y le plant? un beso abriendo la boca de ella y metiendo su enorme lengua. Al mismo tiempo una de sus monos de simio vol? a una de sus tetas y rozaba er?ticamente su pez?n erecto. Ella maull? casi imperceptiblemente y devolvi? el beso sacando su rosada y pequeña lengua. Su manito izquierda -portando su anillo de matrimonio de mujer blanca casada- alcanz? en interior de la camisa de ?l acarici?ndole el pecho y jugando con sus tetillas. Ella sabe muy bien lo que a mi me gusta eso. Siempre le dijo que cada vez que me hace ese jueguito con mis tetillas siento un hervor en mis test?culos. Evidentemente, ella buscaba causar este efecto en el africano sin ya pensar en c?mo terminar?a la noche. Sab?a internamente que si no se deten?a el riesgo de ser seducida ser?a muy algo. Modou meti? su otra mano debajo de la pollera de Janine y ella *** un respingo de su asiento. El negro acariciaba la parte interna de sus muslos y se esforzaba por abrir m?s y m?s sus piernas. -“Basta Modou! Basta por favor! Soy una mujer casada. No quiero, Por favor!!!” ?l la tom? fuerte de la cintura mostr?ndole quien mandaba y le meti? la mano debajo de su bombacha chocando contra el arbusto peludo de su delicada entrepierna. Corri? la bombacha y le frot? h?bilmente su enorme dedo mayor en la raja. Janine reaccion? sacando la lengua y buscando la boca de ?l, ten?a la vulva a merced de ?l. Justo en su per?odo m?s f?rtil. Ella se detuvo de repente, intentando una vez m?s parar sus arremetidas. Sac? la mano del negro de debajo de su pollera y se par?… -“Llevame a casa, esto ya no pude seguir” -“Como quieras hermosa, te llevo a tu casa”. Sal? antes que ellos, sub?a a mi auto y llam? a lo de mis padres. Mi madre, entre dormida, me dijo que todo estaba bien all?. Manej? a toda velocidad a casa, casi recibo una multa por pasar el sem?foro en rojo. Mi coraz?n se sal?a de mi pecho. No pod?a creer que mi mujer estuviese actuando as?. Mi Janine, la mam? dulce, la”doctora” que comprende a los niños y que es ejemplo de todas las mujeres de nuestro cristiano y de clase media vecindario. Dej? el auto a dos cuadras y me met?a en la casa en un cuartito-biblioteca, desde donde se ve el living y la puerta del dormitorio. O? que estacionaba un veh?culo. Era una camioneta enorme, un poco vieja. Pertenec?a a Modou Moussa. Janine se perd?a en la inmensidad de la PicK Up, pero al negro le quedaba chica. Mi esposa no bajaba del veh?culo y supuse que algo pasaba nuevamente. ?l la estaba besando nuevamente y mi mujercita le hac?a el jueguito del pecho, yo no quer?a pensar c?mo tendr?a los test?culos el africano si le gustaba como a m? esa caricia. Ella daba pequeños respingos en el asiento y me di cuenta que le segu?a masajeando la vulva y pens? que ya no hab?a vuelta atr?s. ?l le dec?a algo y ella le dec?a que no con la cabeza, ?l una vez m?s mostr? su car?cter dominante y someti? a mi pequeñita y hermosa mujer a su pedido. A ella la hab?a traicionado el inconsciente y ?l le estaba pidiendo que lo invite a tomar un caf? dentro de la casa. Mientras entraban escuch? la siguiente conversaci?n…. -“S?lo un caf? Janine, nos va a hacer bien luego de tanto vino y nos va a reconfortar”. Insist?a Modou -“Tomamos el caf? y luego te vas, ok?, ya hicimos demasiadas locuras por hoy”. Dijo mi mujer tratando de cerrar trato para no pasar a mayores. ?l negro le hizo una caricia en la cabecita de ella mirando desde arriba, parec?an David y Goliat. ?l se sent? en el sill?n del living y mi mujer regres? de la cocina con una bandeja y dos caf?s y az?car. Para Modou fue lo ?ltimo de la farsa. Le sac? la bandeja de la sus manitos y le plant? el beso con el que no habr?a vuelta atr?s. Le comi? la boca y le meti? la lengua sin miramientos. Adem?s, volvi? a la carga con el manoseo de las tetitas pequeñas de Janine y por debajo de su pollera. Ella jade? resign?ndose, ahora s?, a que no ten?a escapatoria y que iba a terminar perforada esa noche. Pero no se imaginaba lo que vendr?a…. En cinco minutos la desnud? y la recost? en los almohadones del sill?n abri?ndole las piernitas con sus poderosos antebrazos y tomando con sus manos los bracitos de ella. La ten?a inmobilizada y le chupaba la vulva mientras Janina se quejaba y gem?a. Le pasaba la lengua por toda la raja y le mojaba todos sus pelos alrededor de su abertura. Modou olfateaba el aire mientras lam?a la vagina de mi esposa y se daba cuenta de su estado de celo, indudablemente ?l recib?a el olor de su concha como señal de receptividad y –sin que mi mujer lo vea- se re?a y pon?a una mueca maliciosa. No la dej? llegar al orgasmo y se sent? a su lado, esperando la reacci?n de ella. Ella dud?, pero mir? la entrepierna de ?l y comenz? a desabrocharle el pantal?n… -“Janine, ahora sabr?s qu? significa Modou Moussa”, dijo el africano, “Quiere decir Semental Implacable”. Mi esposa estaba bajando sus slips y *** con asombro lo que Modou portaba entre sus piernas. -“Me dicen as? por el tamaño de mis genitales y mi escroto, y por la potencia de mi esperma”, dijo calmo y con su voz gruesa e imperturbable. Estaba a?n en reposo, pero su verga era de 10 pulgadas y gruesa como una lata de cerveza. Janine, muy asustada, la tomo con una de sus manos y *** lo pesado que era ese garrote. Lo paje? un poco y comenz? a crecer. Lo levant? y *** el resto del espect?culo: Realmente impresionante. Su test?culos descansaban entre sus piernas dentro de su escroto, que colgaba hasta la mitad de sus largos muslos. Cada una de sus bolas era del tamaño de una bola de pool y se ve?an pesados y vaya a saber con cu?nta carga de esperma dentro de ellos
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kunna
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2ND PART THE FINAL
Estaba a?n en reposo, pero su verga era de 10 pulgadas y gruesa como una lata de cerveza. Si su cuerpo era negro carb?n, sus genitales eran m?s negros a?n. Janine, muy asustada, la tomo con una de sus manos y not? lo pesado que era ese garrote. Lo paje? un poco y comenz? a crecer. Lo levant? y *** el resto del espect?culo: Realmente impresionante. Sus test?culos descansaban entre sus piernas dentro de su escroto, que colgaba hasta la mitad de sus largos muslos. Cada una de sus bolas era del tamaño de una bola de pool y se ve?an pesados y vaya a saber con cu?nta carga de esperma dentro de ellos. ?l se par? junto al sill?n y Janine hizo lo mismo. ?l le mostr? el tamaño de su escroto y hasta d?nde colgaban. F?cilmente el saco de su escroto descend?a 8 pulgadas. Janine, en silencio, los compar? con mis test?culos que apenas superan el tamaño de las aceitunas. Casi sin agacharse levant? la verga y le pas? la lengua por la punta suavemente. Modou gruñ?. Ella, con su otra manito, tom? uno de sus test?culos y se sorprendi? por la alta temperatura que emanaba de ellos, en señal de la aptitud fertilizadora del esperma que conten?an. -“Hace dos meses que no estoy con una mujer”, le dijo el negro al o?do agach?ndose y acarici?ndole nuevamente la vagina peluda de ella. Su raja babeaba en señal de su estado de calentura y receptividad. La verga del africano creci? hasta las 12 pulgadas con los lenguetazos delicados de mi mujer y su grosor se increment? un 10 %. Los huevos tambi?n se le hincharon m?s a?n. De la cabeza de la verga chorreaban gruesos hilos de l?quido pre seminal, una cantidad mucho mayor a cualquiera de mis acabadas, y Janine pasaba su pequeña lengua rosada -“Vamos al dormitorio Modou –dijo mi esposa- all? tengo condones de mi marido”. ?l misterri? y fue de tras de ella que lo tomaba de la mano. El negro se par? al lado de la cama y Janine subi? como un gatito pequeño al colch?n abriendo el caj?n de la mesita de luz para encontrar “el ?nico cond?n que all? hab?a”. Ella abri? el sobre y comenz? a tratar de proteger la inmensa verga del gigantesco negro. Maniobraba con esfuerzo para desenrollarlo pero el grosor del choto era demasiado -“Debes usar un cond?n Modou. Es mi per?odo m?s f?rtil. Estoy ovalando y ten?s los test?culos muy hinchados” Sigu? maniobrando y calz? un poco del cond?n en el glande, pero cuado intent? desenrollar el resto, el preservativo se abri? a lo largo. De punta a punta qued? una rotura. -“S?lo la meter? unos instantes y luego nos descargaremos de otra manera”, dijo el negro con una misterrisa maliciosa y los ojos inyectados en sangre. Janine *** la ?ltima respuesta equivocada de la noche. -“Pero tienes mucho l?quido pre seminal. Estoy en mi etapa m?s peligrosa Modou”. Contest? ella. -“S?lo un instante. Nada pasar?”. Ella pens? un momento, miraba la verga babeante y los terribles test?culos de Modou, que estaba de pie frente a la cama. Estaba pensativa, pero el estado receptivo de su vulva la traicionar?a una vez m?s. Y acept? que trate de met?rsela un instante. La recost? sobre la cama y la mont?. Con sus enormes antebrazos abri? las piernas de ella, y con sus manos de gran simio tom? los diminutos brazos de mi mujer afirm?ndola contra la cama. Luego present? la cabeza del pene frente a la vulva de Janine y de un empuj?n le enterr? la mitad. El grito de mi esposa se debe haber escuchado a una milla de distancia. Le abri? la vagina enormemente dado el grosor anormal del aparato. Con s?lo la mitad de la terrible poronga, Modou hab?a atravesado el canal cervical de la vulva de mi esposa y su cabeza –del tamaño de un lim?n- qued? alojada en el ?tero f?rtil de ella. Los test?culos quedaron a apoyados contra el colch?n. Se los ve?a m?s grandes y duros. Eran, literalmente, dos bolas de pool por su color negro y por los pesados y duros que eran. -“Agrhhhhhh, ochhhhhhhhhhh. Ret?rala, ret?rala por favor que duele. Es demasiado gorda! Agggrrrrrrhhhhhh!!!!!!”. ?l no hizo caso a las s?plicas, sin retroceder un cent?metro la afirm? m?s a?n y los m?sculos de su culo y espalda se impulsaron y dando un gruñido de b?falo en celo le sepult? todo el aparato. La cabeza del pene se aplast? contra la pared m?s distante del ?tero de Janine y el escroto *** un golpe contra las nalgas de ella y contra el colch?n, dado su enorme tamaño. Mi esposa estaba clavada totalmente y se quejada ahogadamente, sin aliento. Modou comenz? a bombear con dificultad, el pene arrastraba las paredes internas de la vulva apretadamente y los vellos p?blicos de mi esposa entraban y sal?an junto al garrote. Aceler? el ritmo y sus huevos de toro comenzaron a golpear en las blancas nalgas de Janine y en el colch?n. El misterido del saco escrotal contra mi esposa era similar al de una bolsa de arena golpeando contra una pared. - “No me acabes a dentro Modou. Ret?rala ya por favor. Recuerda que estoy ovalando OUCHH, OUCHH”, entre embestida y embestida del negro. ?l le retiro la monstruosa poronga con esfuerzo porque su cabeza estaba totalmente incrustada en el ?tero de mi esposa. Logr? desengancharse y Janine *** un chillido. La levant? en el aire a mi mujer con una facilidad asombrosa. Se acost? de espaldas con mi esposa en andas de un de sus brazos. La tom? fuertemente de la cintura s?lo con una mano y con la otra apunt? la cabeza de la negra herramienta a la inflamada vulva mi pequeña esposa. La empuj? hacia abajo y volvi? a sepultarle hasta el tallo ese grueso tronco. Mi esposa qued? de espalda a m? y la visi?n de la vagina tan extensamente abierta recibiendo ese grosor y del escroto colgando de la base era impresionante. Tambi?n not? el contraste extremo de la piel de mi esposa y de la del negro y la marca de la bikini de mujer casada en su cola redonda y carnosa. Sub?a y bajaba a mi mujer con una mano. Le retiraba un poco m?s de la mitad de la longitud y volv?a a enterr?rsela toda. Mi mujer disfrut? algo m?s en esta posici?n aunque chillaba con los dientes apretados. En un momento se qued? quieto con la verga clavada en el ?tero de mi mujer y ella tir? su mano izquierda hacia atr?s para acariciar de a uno los terribles test?culos. En su dedo anular brillaba su anillo de casamiento. Con su mano derecha acariciaba el pecho de ?l. -“Que test?culos enormes Modou. No acabes dentro m?o por favor”. Ella retir? la mano izquierda y observ? que los enormes huevos de Modos lat?an dentro de su saco escrotal, en señal del aumento de semen dentro de ellos. Su tamaño era incre?ble y ya superaba el de una bola de pool. Bombe? la vagina de Janine unos minutos m?s y comenz? a retirar nuevamente la extensa longitud del choto del interior de mi mujer. Ella se desmont? del negro apretando los dientes cuando se desengancho de la verga. Y se sent? al costado del cuerpo negr?simo del africano para comenzar a pajearlo y hacerlo acabar. Observ? nuevamente con asombro el grosor de la verga del negro y su longitud y la manera de latir de las enormes bolas que conten?an la pesada carga seminal de Modou. Volvi? a acariciar el saco escrotal y se inclin? contra el gigantesco pecho del africano pasando la lengua por las tetillas. Su cuerpo emanaba un fuerte olor a macho negro en celo y de la cabeza de la gruesa verga continuaban saliendo pesadas gotas de l?quido pre seminal transparente. El negro acariciaba la pequeña espalda de Janine con su enorme mano, la que cubr?a en su totalidad, hasta que la tom? contra su cuerpo y se reincorpor? de la cama mientras le dijo: -“Voy a meterla unos instantes m?s en tu vulva”. -“Oh no Modou. No tomo pastillas anticonceptivas, ya te diste cuenta cuando quise proteger tu miembro con el cond?n. Estoy ovulando y mister mis d?as m?s riesgosos”. ?l volvi? a mirarla seriamente y con ojos penetrantes mostr?ndole que ?l era el macho que tomaba las decisiones. Tom? un almohad?n y la puso sobre la cama. Ubic? a mi delicada Janine boca abajo con el almohad?n debajo de su pancita. De esa manera la cola de mi esposa qued? hacia arriba y su vagina qued? expuesta para ser asaltada desde atr?s por el gigante africano. ?l le acarici? una la vagina peluda desde atr?s. Luego se subi? a la cama y se puso en cuclillas detr?s de ella. Con una mano la tom? fuertemente del culo y con la otra se apoy? pesadamente en la espalda de mi esposa. Era incre?ble ver a ese hombre negro tan grande en comparaci?n con la miniatura de muñeca de mi mujer. Present? nuevamente la cabeza del tamaño de un lim?n en la raja de mi mujer. Ella sab?a que en esa posici?n estaba m?s expuesta que nunca y trat? de moverse pero ?l la afirm? contra el colch?n y empuj? mortalmente con el peso de su cuerpo hacia abajo y adelante sepultando toda la verga en la vulva de Janine y clavando la cabeza en la pared m?s lejana del ?tero. El empuj?n fue tan fuerte que el cuerpito de mi mujer se fue casi 2 pies hacia delante con la embestida, y *** un chillido terrible. ?l volvi? a afirmarla del culo y de cuello y comenz? a bombear fuertemente. Su saco escrotal ahora golpeaba contra el pubis peludo de Janine y tambi?n llegaba a golpear contra parte de la pancita de ella. Esos huevos eran enormes. Luego par? unos instantes y lentamente retir? casi toda la longitud del pene. Mi esposa crey? que se la iba a retirar por completo, pero inmediatamente ?l volvi? a empujar con una rudeza desproporcionada d?ndole un puntazo con el que enterr? nuevamente la verga hasta el tallo y e taladraba el ?tero f?rtil. Volvi? a retirar lentamente y volvi? a clavar con ***lencia. Hizo esto varias veces y Janina *** una lastimero y ahogado grito cada vez. Luego volvi? a bombear r?pidamente por espacio de cinco minutos hasta que sus test?culos se expandieron al m?ximo en su saco escrotal y Modou comenz? a gruñir como un natural a cada embestida. Janine sab?a o que se avecinaba y rog? una vez m?s entre gemido y gemido. - “No me acabes a dentro Modou. Te lo ruego. ARGHGGHH, OUUCCCHHH, AAAYYYY. Me vas a embarazar!!!!!”. - “Si pequeña –le grit? Modou con su voz de trueno- vos a plantarte un enorme hijo negro en tu ?tero f?rtil de mujer casada”. - “No, por favor. No, qu? va a decir mi familia, OCUHHHH, GGGGRRRRRRRR, ARAAARRRRRRGGGHHHH, Ret?rala por favor. No lo hagas.”. Modou bombeaba con el poder de su y hac?a golpear la pesadez de sus huevos contra Janine. Ella sab?a que all? estaba alojada la bestial carga de Moduo. -“No me llenes Modou. Te lo ruego, ret?rala de mi vulva. OOOOUCCHHHHH. Qu? pene enorme que me sepultas hasta la matr?z!!!! OOOOOOHHHHH, Qu? test?culos descomunales portas Modou, AAAARRRRGGGGG, Ret?rala, estoy casada”. El negro enorme aceler? el ritmo al m?ximo gruñendo como un natural hasta que la tom? fuertemente de la cintura y de la nuca. Sus dedos rodeaban toda la circunferencia del cuello de mi mujer. Mi dulce esposa intent? escapar hacia delante antes de que Modou Moussa acabe, pero el negro afirm? contra la cama. -“Qu?date quita”, orden? el negro a mi esposa. Le bombe? fuertemente la vagina hasta que con todo el peso de su cuerpo *** una estocada potent?sima que machac? fuertemente la matr?z de Janine. Su cuerpo se tens? y sus test?culos comenzaron a disparar potentes chorros de semen espeso y altamente f?rtil. Janine abr?a los ojos y gritaba a cada descarga que el africano le daba. Su vulva f?rtil estaba recibiendo las potentes eyecciones Modou. A cada dosis que el negro le serv?a en la vagina a mi mujer sus test?culos ascend?an dentro del enorme saco escrotal, esos tanques enormes impulsaban fuertemente la leche a trav?s del interior del cañ?n de la enorme verga, y era depositada contra la pared del ?tero fertiliz?ndolo. Fueron al menos 24 enormes descargas a lo largo de un minuto, hasta que el negro comenz? a retirarse del interior de mi esposa. La cabeza estaba m?s incrustada en su vulva que las veces anteriores y mi mujer chillaba a medida que el negro tiraba hacia fuera. Cuando sac? finalmente la cabeza una espesa y gruesa soga de semen comenz? a chorrear desde la reja de mi esposa, descend?an por su arbusto peludo y ca?an hasta las s?banas formando un gran charco. Modou se qued? un momento parado al costado de la cama. Su verga segu?a inflamad?sima sus test?culos hab?an reducido su tamaño aunque eran igualmente enormes sin su carga de semen dentro. Janine se reincorpor? lentamente y hac?a un gesto de dolor y preocupaci?n por la cantidad de potente semilla de macho que Modou le hab?a depositado directamente en la matr?z. Modou hizo una misterrisa maliciosa y fue a vestirse al living. Unos minutos despu?s se retiro de nuestra casa. Yanina qued? preocupada porque sab?a que Modou la hab?a embarazado. Retir? las s?banas que estaban repletas de manchas del potente esperma del negro y las lav?. Luego higieniz? su vulva, que estaba muy dolorida y unt? una crema cicatrizante porque los labios y el interior de la vagina estaban irritados. Yo sal? por la puerta de servicio y camin? como zombi una cuadra hasta donde ten?a estacionado el autom?vil. Regres? a la casa de mis padres e intent? dormir, pero no lo logr?. Decid? no decir nada a Janine de que hab?a presenciado todo. Pero una semana m?s tarde confes? lo ocurrido y poco despu?s vimos que su per?odo cuckold women no se present?. Estaba embarazada de Modou Mossa. Su potente esperma africano hab?a hecho honor a su apodo y mi mujer fue su v?ctima n?mero 17.
John
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