summercarlos
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#10 · Edited by: summercarlos
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Relato 9:
[b]El Negro de Bobures (1)
Marabina Caliente
Una mujer tiene tres fantas�as y, en parte gracias a su marido, puede cumplirlas las tres: en un burdel y con un negrazo que maneja un instrumento impresionante.
Sirva este relato ver�dico y apegado a la realidad para rendir honor a una relaci�n extramatrimonial excitante. Mi esposo y yo somos profesionales universitarios y ejercemos en Maracaibo. Soy una mujer trigue�a, de pelo muy lacio, color negro azabache y muy brillante, mido 1 metro 71 cent�metros, y un cuerpo a decir de mis allegados espectacular, tengo 42 a�os aunque todo el mundo piensa que tengo 32-33 a�os, con 61 kilos y unas piernas que mister la envidia de mis hijas, mi pompi es de tama�o normal pero, firme y redondo. Mis senos mister algo grandes y firmes, me mantengo muy bien ya que siempre he hecho ejercicios y voy con frecuencia al gimnasio, mi cara es perfilada y soy de gestos muy sexy, lo cual me ha hecho ganar muchos pretendientes, un amante y muchas peleas con mi marido, sin embargo en los �ltimos a�os ya no lo hace; creo que ha entendido que estoy con �l por conveniencia y por mis hijas y adem�s no le he dado motivos de peleas ya que solo tengo sexo con �l. Sin embargo en nuestras relaciones sexuales, siempre me ha obligado a que cree fantas�as y tres de ellas se me hicieron una obsesi�n y mister: - La de conocer un burdel. - Trabajar como prostituta. - Acostarme con un negro. - Estas fantas�as han rondado en mi cabeza durante varios a�os y me siento obsesionada por ellas, basta hablar en cualquier momento sobre el tema de prostituci�n, de la fama que tienen los negros de tener un miembro grande y de los burdeles, para excitarme y que mi cuquita comience a empapar mi tanga y entrepiernas.
Despu�s de casi cuatros a�os de fantasear en nuestras relaciones sexuales, con mi papel de prostituta y con la penetraci�n de un negro con g�evo descomunal, hace quince d�as mi marido aprovechando que nuestras hijas est�n fuera de Maracaibo por las vacaciones escolares, me dijo, en el momento en el que ten�amos nuestras habituales y fr�as relaciones sexuales semanales: - Nuestra fantas�a ser� hecha realidad, pide permiso en el trabajo, que nos vamos para el Sur del Lago de Maracaibo por una semana, yo trabajar� en El Vig�a y en Encontrados y t� te quedaras en un burdelito de Caja Seca, all� tendr�s la oportunidad de trabajar como puta y con suerte encontrar�s el negro que t� y yo hemos deseado. - Al principio cre� que me segu�a en mi fantas�a, pero al insistir me asust� por cuanto cre� que estaba tratando de ponerme una trampa. Pero sorpresas te da la vida despu�s de 20 a�os y de muchas peleas resulta que mi marido se worryaba porque mis posibles pretendientes y supuestos amantes eran blancos y profesionales y ahora me confiesa que �l lo que quer�a era que tuviera un amante negro, obrero y que no pusiera en peligro nuestro hogar. Vergaci�n, de haberlo dicho antes con seguridad lo hubiera complacido. Tantos a�os juntos viviendo con un tipo malo en la cama y ahora resulta que adem�s es un cabr�n de marca mayor. De inmediato solo de pensar en esa posibilidad tuve un orgasmo que solo con mi �nico amante hab�a alcanzado.
Solicit� mi permiso, pero lamentablemente en la instituci�n, donde trabajo solo me dieron el lunes, martes y mi�rcoles, ya que esperan una comisi�n de Caracas y se requiere mi presencia para una reuni�n, el d�a jueves a las 9 de la ma�ana, en vista de esa situaci�n mi esposo me dijo que nos fu�ramos cada cual en su veh�culo y que yo me viniera el d�a mi�rcoles para estar el jueves en mi oficina, que �l ya hab�a coordinado todo con la encargada del burdel.
La noche anterior a nuestro viaje estaba muy nerviosa, haciendo la maleta, porque no sab�a qu� me pod�a pasar, si mi esposo y yo no tuvi�semos remordimientos por lo que estaba por ocurrir, no sab�a como deb�a comportarme en ese burdel, mi marido me dio algunas recomendaciones, que ten�a que ser un poco ordinaria porque el burdel era para camioneros y para obreros de las fincas ganaderas, que el trabajo comenzaba en la noche a las 9 y hab�a que estar hasta las 3-4 de la ma�ana, que en ese tiempo pod�a acostarme con 5 - 6 tipos, si me comportaba como una verdadera buscona. Co�o el cabr�n parec�a un chulo completo. Me dijo qu� ten�a que cobrarle a mis clientes y que usara preservativo. Realmente no pude dormir bien y estuve a punto de desistir de esa locura, �l me presion� un poco y yo, s�lo por satisfacer mi morbosa obsesi�n, acced� de mala gana.
Salimos como a las 11 de la ma�ana, almorzamos por el camino y llegamos al Burdel a las 4.30 de la tarde, qu� sitio tan deprimente. Quedaba en la carretera de Caja Seca al Vig�a, era una Casa de Campo con un Sal�n que hac�a las veces de bar y pista de baile y como 12 habitaciones mugrientas de las prostitutas que all� viven.
Nos esperaba la encargada la cual se hacia llamar Shalimar, mi marido y Chulo me present� como Milady y le dijo que yo era la mujer que le hab�a hablado y que ven�a para trabajar tres d�as, y que de irme bien vendr�a a menudo. Shalimar me habl� de unas normas y que deb�a estar en el Sal�n a las 9 en punto, fuimos a la que ser�a mi habitaci�n, la cual ten�a una cama matrimonial bastante usada, una peinadora , dos mesas de noche, una hamaca, un televisor, un aparato de aire acondicionado y un ba�o.
Shalimar nos dej� a mi marido y a m�, a �l le basto una r�pida mirada al cuarto y a mi cara para saber que hab�a cometido un error, le dije que no importaba que se fuera tranquilo que deb�a llegar al Vig�a, que yo me dormir�a all� y ma�ana temprano me regresar�a a Maracaibo, que lo mantendr�a informado por mi tel�fono celular, me trajo mi maleta. Le ped� que por favor descolgara la hamaca ya que estorbaba, procedi� a descolgarla guard�ndola en un closet y dejando los mecates, colgando uno sobre la peinadora y el otro sobre la cabecera de la cama, nos despedimos fr�amente.
Al quedarme sola me entr� una tristeza y se me salieron unas lagrimas, al pensar en estar en un sitio tan deprimente, en una regi�n con una temperatura cercana a los 40 grados y todo por una obsesi�n est�pida y loca, estaba muy perturbada y ni siquiera me di cuenta que alguien me tocaba la puerta, era Shalimar, que me tra�a una cerveza Polar, la cual tom� con mucho gusto, me dijo que no me preocupar� que en la noche me sentir�a mejor que tratara de descansar que a las nueve comenzaba el trabajo y que pod�a cenar a esa hora.
Le hice caso dorm�, a las 8 me ba�� y me puse un vestido blanco bastante pegado y muy corto, sin sost�n ni pantaletas, me maquill� discretamente como siempre lo hago, sin embargo, en mi interior me sent�a arrepentida de haber venido, sin embargo una chispa de deseo se encend�a en mi pecho y me dec�a que siguiera adelante con el plan inicial.
Mi celular mister�, era mi marido para saber c�mo estaba le dije que bien que ma�ana me regresaba. Me arregl� y sal� al bar y Sal�n de Baile, el cual era algo oscuro, con algunas luces de colores indirectas, se ve�a algo animado hab�a unas 5 muchachas entre 20-25 a�os Shalimar se me acerc� y me las presento, me vieron con indiferencia y envidia por mis senos y cuerpo, creo que vieron que mi presencia all� les har�a bajar sus ingresos. Me com� dos arepas rellenas de carne y a las 9.15 minutos de la noche el barman comenz� a poner discos en la rockola, por supuesto m�sica Colombiana que es la que predomina en la zona debido a la cantidad de obreros colombianos que hay en las fincas, no hab�an pasados 10 minutos cuando el ambiente comenz� hacerse de fiesta, llegaron cerca de 7 hombres, algunos parec�an asiduos clientes por la forma que trataban Shalimar, ella se me acerc� con uno de ellos, un caliche que de inmediato qued� abobado al verme de cerca y sin mediar palabras me sac� a bailar la pegajosa canci�n Manuelito Barrios y entre los acordes del acorde�n, el hombre comenz� a besarme por el cuello llen�ndome toda de saliva, el baboso hombre me dec�a que al igual que la canci�n quer�a amanecer Pero chup�ndome todo el cuerpo. Como pude me desembarac� del individuo y llorando, me fui a las puertas del bar y de espaldas a tres hombres que se encontraban en la puerta me sequ� las l�grimas, sent� que alguien se me acercaba a mi espalda y con una voz pegajosa me susurr�:
- Dime qu� esta pasando en el cielo que los �ngeles est�n bajando a este perdido lugar de Venezuela. - Me volte� worrya a�n por lo del hombre baboso y all� me estaba un negro de cerca de 1.90, de unos treinta a�os aproximadamente y con un cuerpo que se ve�a acostumbrado al ejercicio o al trabajo rudo, le vi su cara la cual era muy expresiva y dulce, en ese instante una �ltima l�grima corri� por mis mejillas y �l acerc� su �ndice y la detuvo, nos vimos intensamente a los ojos y con una misterrisa le agradec� su gesto y sus palabras, en ese instante me sent� reconfortada, sin decirme una palabra me hizo una se�a para bailar, lo cual acced� con otra leve misterrisa, al ritmo de la Pollera Colora y de lo divino que bailaba mi compa�ero se me olvid� el mal rato pasado, terminada la pieza musical me invit� a sentarme en una mesa y pedimos dos g�iskis, entre sorbo y sorbo me dijo que se llamaba Felipe y era de Bobures, pueblo a la orilla del lago de Maracaibo y situado a 10 kil�metros de all�.
Cuando le dije mi nombre de batalla 'Mylady' �l se ri� y me dijo que �l prefer�a llamarme �ngeles, cosa que le agradec� porque Mylady es un nombre de puta barata. Nos tomamos otros dos g�iskis y conversando amigablemente, lo que me hizo sentir en el Village, o la Zona Rosa y no en el burdel de mala muerte en el cual me encontraba.
De pronto empez� a misterar m�sica de Billo dedicada a Colombia y me sac� a bailar 'la Negra Celina' y 4 o cinco piezas m�s de tanto bailar tan pegada de �l, el bailaba como indiferente, sin embargo, me di cuenta que el continuo roce con su cuerpo estaba despertando su virilidad y comenz� apoderarse de m� un deseo sexual irrefrenable y vi�ndole la cara a mi compa�ero de baile, me di cuenta que era el Adonis Negro que hab�a esperado durante muchos a�os, yo comenc� a sentir su erecci�n, su mano callosa me levant� la barbilla y me dio un beso muy suave en mis labios, me invit� a sentarme en un sof� en un rinc�n oscuro, yo me dej� arrastrar y pedimos dos tragos m�s. Su �ndice comenz� suavemente a deslizarse por mi cara, mis orejas, mi cuello y luego su dedo comenz� a jugar con mi pez�n endureci�ndolo, yo no sab�a qu� hacer �rechazarlo o bendecirlo por hacer realidad mis fantas�as?.Yo ya no pude m�s y me lanc� sobre �l y lo bes� en sus labios Felipe respondi� a mi beso y me abraz� pasando sus manos por mi espalda, sus manos duras apretaban mis hombros y me hac�an ser m�s agresiva, me olvid� de todo lo que hab�a sido mi vida hasta hoy y solo pens� en dar rienda suelta a lo que considero mis bajas pasiones. Le abr� los botones de la camisa, sus pectorales de �bano y sin un vello fueron una tentaci�n para m�, proced� a morderle suavemente su tetilla y jugu� con ella convirti�ndola en juguete de mis labios y mi lengua, eso fue como un resorte que dispar� en Felipe todos sus deseos sexuales, me levant� y me peg� contra la pared, su boca recorri� mi cuello y de inmediato una de sus manos se apoder� de mi seno, el cual erguido respondi� a sus caricias yo por mi parte no permanec� tranquila comenc� a besarle su oreja y acariciar su corto pelo. As� mismo mi vientre y pubis deseosos de sentir la virilidad del hombre, buscaron su cuerpo. En la vor�gine de la pasi�n que comenzaba a embotar mis sentidos, hab�a algo que mi raciocinio no lograba comprender eso que imaginaba no pod�a ser pero a�n no me atrev�a a cerciorarme, sin embargo mi seno derecho estaba al aire y una boca golosa se apoder� de �l haci�ndome gemir, sus peque�os mordiscos estaban destruyendo los pocos vestigios de moral y buenos principios que a�n quedaban en m�. Solt� mi pez�n y se apoder� de mi lengua y abraz�ndome y peg�ndose fuertemente a mi cuerpo. Esto precipit� mis acciones y lo que mi pubis y piernas sent�an, hab�a que comprobarlo con mis manos y mis dos manos se apoderaron de un pen� colosal, que no me cab�a en mis manos. Era un coloso que cabeceaba fuertemente en mis manos, lo apret� con desesperaci�n con mis manos y sintiendo su lengua en mi seno le pregunt� con voz lasciva e ingenua, pero firme: - �T� vas a ser capaz de meterme ese monstruo? �l s�lo me contest� lapidario: - INTEGRO lo tendr�s INTEGRO. Su respuesta me dej� estupefacta. Estuve a punto de perder el equilibrio, a dios gracias que estaba agarrado del coloso de mis preocupaciones, Felipe se dio cuenta que me iba a caer y me sostuvo y me repiti�: - Lo tendr�s integro y lo disfrutaras como nunca lo has hecho, y ser� m�s pronto de lo que imaginas, v�monos a tu habitaci�n. Con voz extra�a, le contest� que s�, me arregl� un poco y tom� el resto de g�iski que quedaba en mi vaso, le ped� 8.000 bol�vares a Felipe para pagar el derecho a la habitaci�n, Shalimar al recibir el dinero, me apret� mi mano y me dijo con una misterrisa disfr�talo. Le misterre� y le dije lo har� no tengas la menor duda.
Caminando hacia la habitaci�n, pas� por mi mente que no deb�a continuar esta locura, sin embargo, como podr�a vivir despu�s, si estando a punto hacer realidad la obsesi�n de mi vida, tiraba todo por la borda por un arranque de honestidad y pudor. El negro a mi lado me bes� y eso me hizo olvidar el �ltimo sentimiento de recato. Entramos a la habitaci�n y encend� la luz y pude ver a plenitud a Felipe, era un negro hermoso y creo que yo tambi�n lo complac� de su evaluaci�n, me dijo agarr�ndose vulgarmente, su miembro por encima del pantal�n: - Lo tendr�s integro y te har� gozar de placer. Esta expresi�n me trajo a la realidad y olvidando hijas, marido y educaci�n, sin pensarlo dos veces me quit� mi vestido, quedando para mi negro como vine al mundo, desnuda con mis piernas semi abiertas y ense��ndole mi cuquita con sus vellos recortados, le dije con una voz sexy: - S�lo eso deseo, pero no s� c�mo eso, entrara dentro de m�. Y quitando mis zapatos, mis u�as pintadas de rojo y n�car agarraron su pantal�n y al monstruo de mi pasi�n y temor. �l silb� y trat� de abrazarme sobre m�. Sin embargo con un suave beso de lengua, lo detuve y le dije: - Tendr� a ese coloso negro, �ntegro en mi cuerpo, pero la primera vez d�jame a m� hacerlo como yo bien pueda. El negro obediente s�lo dijo: - S� mi �ngel. Proced� a quitarle la camisa, su pecho era hermoso, sus b�ceps fuertes, su espalda ancha y musculosa, lo bes� y lo hice sentar en la cama, quit�ndole los zapatos y las medias, �l se recost� boca arriba en la cama, y mientras mi lengua disfrutaba de pecho, le afloj� la correa y entre ambos sacamos su pantal�n y vi al coloso, al monstruo de mi negro aprisionado en la base por su min�sculo interior, se ve�a un poco rid�culo o sobraba g�evo o faltaba interior para retener a ese falo enorme. Sin pensarlo dos veces me lanc� pose�da, sobre el monstruo que no me hab�a dejado dormir durante a�os, mis manos se apoderaron de �l y mis ojos quedaron fijos y desorbitados, viendo ese coloso que estaba destinado hacerme disfrutar y sufrir. Yo arrodillada en la cama, comenc� acariciar al coloso, con mis dos manos de arriba abajo, el natural porque era un natural, crec�a cada vez m�s y el negro boca arriba comenz� acariciar mis pies, piernas y muslos, yo trat� de medirlo, pero me era imposible, estaba embotada, el glande era como una pelota de tenis y cada vez que mis manos llegaban a la cabeza de ese g�evo maravilloso y se devolv�an a la base del pene mi cerebro solo pensaba en una frase: INTEGRO LO TENDRAS INTEGRO. Adem�s de lo largo, era grueso, del di�metro de un tetero (biber�n de ni�os) y los biberones mister para amamantar, pens� y yo ten�a sed, sed de sexo, sed reprimida durante a�os, sed de un g�evo como el que ten�a a menos de cinco cent�metros, para m� era un reto importante y pr�cticamente, lanc� mis labios sobre el glande de mi negro y en ese instante mi negro, clav� sus manazas sobre mis muslos y su lengua sobre los labios de mi cuquita y grit�: - Mi �ngel, esta cuca divina, no va amanecer falta de cari�o. - Yo empec� a gemir de placer pero no dejaba de besar y pasarle lengua a mi coloso, con mis manos acariciaba el escroto y el cuerpo del coloso y con mis labios disfrutaba del glande, mis senos, mis hombros, mis mejillas mis labios se disputaban sentir lo terso y duro del miembro de mi negro y mientras esto ocurr�a con el coloso de mi negro, mi cuca y mis vellos chorreaban hacia la boca del negro, r�os de lubricante. Mi cuca conoc�a por primera vez una lengua dura y bastante �spera, que me produc�a gritos, gemidos y contracciones involuntarias. De repente todo cambi� y me meti� su lengua entre mis nalgas al principio trat� de rechazarlo, pero lo dej� hacer, era una caricia nueva pero excitante, su �spera barba rasgu�aba mis gl�teos, era una sensaci�n maravillosa, que de repente me hizo gritar: - �ME ESTAS MATANDO! Luego de esta deliciosa tortura, mi negro volvi� a las andadas con mi cl�toris y se lo coloc� entre sus labios chup�ndolo a veces y otras veces d�ndome duro con la lengua, yo ya no gem�a, ya estaba pegando grititos fuera de control y aceleraba mis movimientos de manos y lengua al coloso que estaba por volverme loca, mi vientre estaba todo mojado de saliva y mi vagina bien lubricada, cosa que muy pocas veces suced�a, Felipe de repente empez� a mover hacia arriba su pene con intenci�n de met�rmelo bien adentro en mi boca, lo agarr� pero sus embestidas eran fuertes y a veces se me sal�a, yo estaba a punto de tener un orgasmo, en ese instante sent� que sus dedos hurgaban mi ano y me introdujo en dedo movi�ndolo circularmente y con sus labios y lengua chup� fuertemente mi cl�toris lo cual me hizo gritar y llegar a un orgasmo espectacular, yo gritaba, pero mi negro tambi�n hab�a llegado al orgasmo y torrentes de semen ba�aron el interior de mi boca, nunca en mi vida hab�a tragado semen, pero esta vez lo hice y me sent� complacida por ello. El semen tambi�n reg� mis mejillas mi cuello y mis senos. Mi pecho palpitaba y me qued� acostada sin soltar al coloso de mi amado, restregando en mi cara y cuello, la cabeza del coloso de mi amado. Mi vientre sent�a tambi�n las palpitaciones de Felipe y su respiraci�n acelerada sobre los vellos recortados de mi cuquita, nos quedamos sin pronunciar palabra cerca de 45 segundos, yo apart� una de mis piernas y manteniendo firmemente el pene de mi negro volte� hacia su cara y al vernos las caras llenas de los l�quidos de nuestras partes vitales procedimos a re�rnos y yo, sin soltar a mi coloso me acerqu� a la cara de Felipe y proced� a besarlo salvajemente, a lo cual el correspondi�.
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